Allen Stewart
Konisberg, que es el verdadero nombre de Woody Allen, nació en el Bronx, New
York, el primero de diciembre de 1935. Fue un pésimo estudiante en la New York
University y en el City College. Pero esto tampoco le preocupaba excesivamente.
A los quince años ya trabajaba, después del colegio, ofreciendo ideas – unas
doscientas diarias – para una empresa de publicidad. Posteriormente entró en la
televisión, escribiendo “sketches” más o menos divertidos. Su actividad crece
notablemente entre mediados y finales de los años cincuenta, cuando publica sus
primeros artículos en revistas prestigiosas como Evergreen o New Yorker.
En Greenwinch Village empieza también su actividad teatral, refrendada en dos
obras que alcanzan un importante éxito de crítica y público. Son Don’t drink the water y Play it again, Sam, y de esta última
nacerá en el futuro Sueños de seductor.
También aparece como actor en televisión y en algunos “night clubs”. Poco a
poco, pero de forma cada vez más continua, Allen se da a conocer en su país.
Woody Allen
ha hablado muchas veces de su vida y en general lo hace de forma jocosa. Afirma
que es más bien bajito y de pelo rojizo, ha negado múltiples veces que sea un
intelectual (asegura que lo parece por las gafas, pero que sin ellas parece una
pequeña comadreja), y que no frecuenta los teatros ni otros actos culturales.
Lo que sí frecuenta desde hace más de cuarenta años es el psicoanalista. Aunque
se trate de disculpar en alguna ocasión, no hay duda que Allen da la imagen de
un auténtico paranoico, neurótico y esquizofrénico. Es significativo que haya declarado que la paranoia, la ansiedad,
la alienación y la inseguridad son áreas fructíferas para la comedia. Todos
estos conceptos están integrados en su obra y forman parte del hombre de hoy. Otro de los aspectos de su vida que han influido
notablemente en sus obras es su devoción por el jazz. Woody toca principalmente
el clarinete (aunque también se defiende con el saxo soprano y el piano), todos
los lunes desde hace casi treinta años con la New Orleans Funeral and Ragtime Orchestra en el Michael’s Pub de Manhattan.
Por otra parte, desde su primera película, Allen ha
manifestado un interés desmedido, casi absoluto, por dos constantes – el sexo y
la muerte – que se repetirán cíclicamente en su obra. Sobre estos dos temas
Allen ha armonizado el nexo de sus películas, de manera que todo gira en torno
a esos dos conceptos que han condicionado su propia existencia y su modo de
vida. Toda película de Allen se puede definir como un pequeño panfleto,
atractivo, hermoso, simpático, relativamente agradable, de desigual riqueza,
donde se dan cita sus transcendentes meditaciones y particulares acercamientos
a las cosas cotidianas, vulgares, que confortan su universo. Para comprobarlo he
aquí dos ejemplos:
-No creo en Dios, ni en la ciencia, ni en los cambios
políticos.
-Entonces, ¿en qué crees?
-Solo creo en el sexo y la muerte, dos cosas que ya he
experimentado. (El dormilón)
-Todo es masturbación mental...
-¡Ah!, por fin llegamos a un tema del que sabes algo.
-Oye, no te metas con la masturbación. Es hacer el amor con
alguien que amo.
(Annie Hall)
En cuanto a su obra, cuando Allen había realizado sus
primeras cinco películas, la mayoría de la crítica especializada vio en él a un
vulgar artesano, con cierta personalidad, algo inteligente y con agudo sentido
del humor. Annie Hall supuso la
revelación absoluta. Sus cintas posteriores, aún manteniendo las constantes de
sus primeras películas, suponen una monstruosa diferencia con respecto a sus
primeros films. Con Annie Hall y Manhattan Allen se acerca a su cima como
guionista y director, sin embargo en los 80 se embarca en proyectos extraños,
influido por sus admirados Bergman y Fellini y realiza varias películas de
escaso éxito de crítica y público como Interiores
o Recuerdos. A mediados de esa
década, con La rosa púrpura del Cairo,
Allen comienza a retomar su mejor cine, alternándolo con algunos dramas, y
realiza alguna de sus mejores películas (Hanna
y sus hermanas, Delitos y faltas, Maridos y mujeres...). A partir de
entonces y ya en la década de los 90 el cine de Allen ha mantenido un altísimo
nivel, filmando algunas de sus películas más divertidas e inteligentes como Misterioso asesinato en Manhattan o Desmontando a Harry
Filmografía
Como director:
(1969) Toma
el dinero y corre *
(1971)
Bananas *
(1972) Todo
lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar*
(1973) El
dormilón *
(1975) La
última noche de Boris Grushenko *
(1977) Annie
Hall (4 Oscars) *
(1978) Interiores
(1979)
Manhattan *
(1980)
Recuerdos *
(1982) La
comedia sexual de una noche de verano *
(1983) Zelig
*
(1984)
Broadway Danny Rose *
(1985) La
rosa púrpura del Cairo
(1986) Hannah
y sus hermanas (3 Oscars) *
(1987) Días
de radio
(1987)
Septiembre
(1988) Otra
mujer
(1989) Edipo
reprimido (en Historias de Nueva York) *
(1989)
Delitos y faltas *
(1990) Alice
(1991)
Sombras y niebla *
(1992)
Maridos y mujeres *
(1993)
Misterioso asesinato en Manhattan *
(1994) Balas
sobre Broadway (1 Oscar)
(1995)
Poderosa Afrodita (1 Oscar) *
(1996) Todos
dicen “I love you” *
(1997)
Desmontando a Harry *
(1998)
Celebrity
(2000)
Acordes y desacuerdos
(2001)
Granujas de medio pelo *
Como guionista:
(1965) ¿Qué
tal, Pussycat? (dir. Clive Donner) *
(1966) What’s
up, Tiger Lily (dir. Henry G. Sapersteln) *
(1969) Los
USA en zona rusa (Don’t drink the water) (dir. Howard Morris)
(1972) Sueños
de seductor (Play it again, Sam) (dir. Herbert Ross) *
Solo como actor:
(1967) Casino
Royale (dirigida por John Houston, Ken Hughes, Val Guest, Robert Parrish y Joe
McGrath)
(1976) La
tapadera (The front) (dir. Martin Ritt)
(1990)
Escenas en una galería (dir. Paul Mazursky)
(2000)
Cachitos picantes (dir. Alfonso Arau)
(1971)
Getting even
(1974) Como
acabar de una vez por todas con la cultura
(1976) Sin
plumas
(1980)
Perfiles
Sobre Woody Allen:
·
Juan Carlos Rentero: Woody Allen.
Ediciones JC
·
Eric Lax: Woody Allen. La
Biografía. Ediciones B
·
Wild Man Blues (Documental)
* Películas en las que intervino
también como actor